Por Morten Brodde
Las personas son lo que realmente importa. Si no se consolidan nuestros derechos, será más difícil resolver la crisis climática. La sesión principal del miércoles, "Cómo transformar las soluciones forestales junto con los pueblos indígenas, las comunidades, los pequeños propietarios y los trabajadores", rindió homenaje a las personas. A los administradores, que desempeñan un papel crucial en el uso responsable de nuestros bosques y a las personas que forman parte de la cadena de valor de los materiales forestales. Escuchamos tres historias de representantes de pueblos indígenas, trabajadores y pequeños propietarios que compartieron los desafíos, los avances y el valor que FSC puede aportarles.
El potencial de los requisitos laborales de FSC
El primer relato fue el de Dong Tolentino, representante de BWI (Building and Wood Workers' International Asia & Pacific [Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera de Asia y el Pacífico]). Durante su labor diaria promueve las normas laborales de la OIT y los derechos y el bienestar de los trabajadores.
Dong formó parte del grupo de trabajo técnico que desarrolló los requisitos laborales fundamentales que se introdujeron para las empresas con certificado de cadena de custodia FSC en 2021.
«La existencia de requisitos auditables permite a los auditores examinar en detalle cómo los titulares de los certificados cumplen los requisitos, por ejemplo, en lo que respecta a asegurar la ausencia de trabajo infantil. Los auditores pueden pedir copias de los perfiles de los empleados y hablar directamente con los trabajadores».
En la sesión principal del miércoles, Dong Tolentino señaló que BWI ha sido testigo de cómo los representantes de las empresas amenazan a los trabajadores, en concreto a los trabajadores migrantes, si se afilian a los sindicatos, y que los nuevos requisitos laborales fundamentales de FSC pueden ayudar a prevenir esta situación, cuando se implementan correctamente.
El respeto a los pueblos indígenas en la "Amazonía rusa"
El siguiente relato sobre la importancia de las personas fue el de Rodion Sulyandziga, Presidente del Comité Permanente de Pueblos Indígenas de FSC y representante de la tribu udege. Rodion Sulyandziga cuenta con muchos años de experiencia trabajando en la promoción y la protección de los derechos de los pueblos indígenas. En cuanto que udege, conoce de primera mano los desafíos a los que se enfrentan los pueblos indígenas de su región.
«La mayor amenaza es la tala comercial e ilegal, que pone en peligro todas nuestras tradiciones y la vida silvestre, así como nuestro bienestar».
Su pueblo ha estado habitando desde hace muchos años en el Extremo Oriente ruso, en la cuenca del valle del río Bikin, también conocida como el "Amazonas ruso". Se trata de cazadores que también practican la pesca y la captura con trampas. Sus bosques, ricos en especies, tienen un gran valor cultural para ellos. En la sesión inaugural del miércoles, Rodion compartió los principios clave para la protección de los derechos de su pueblo y de los bosques en los que vive.
«El respeto de los derechos de los pueblos indígenas, el reconocimiento de los derechos sobre la tierra y nuestro conocimiento tradicional, son básicos para cualquier tipo de toma de decisiones. Es el CLPI. Consentimiento libre, previo e informado. Y, por supuesto, la parte que presenta el mayor desafío es la de establecer confianza y colaboraciones entre los Estados, los ecologistas y las organizaciones de pueblos indígenas».
Así, FSC también desempeña un papel importante para el pueblo udege.
Dar voz a los pequeños propietarios de Tailandia
El último relato vino de la mano de Maiprae Loyen, Directora General de AGRIAC, Tailandia. Maiprae cuenta con más de una década de experiencia en el sector del caucho natural, siendo su país el mayor exportador mundial de este material. 1,7 millones de hogares trabajan en las plantaciones de caucho de Tailandia; el 80% de ellos son pequeños propietarios, lo que significa una media de 2,5 hectáreas por plantación, por hogar. Hace 10 años, la cifra era de 10 hectáreas.
«Los costes de su producción aumentan año tras año, junto con el envejecimiento de la sociedad. El caucho es una mercancía muy importante a nivel mundial, y el mercado es muy competitivo. El escenario del mercado es el único lugar en el que se centra la industria. Pero las personas detrás de estas cifras, son personas reales. Son la columna vertebral de este negocio».
Maiprae Loyen dejó su trabajo hace unos años y fundó AGRIAC con un socio comercial con una misión clara: Dar voz a los pequeños productores de caucho del sur de Tailandia y ayudarles a mejorar sus condiciones de trabajo y de vida, su producción y sus ingresos, así como a proteger su medioambiente.
AGRIAC contrata y forma a los agricultores, establece conexiones entre la demanda y los proveedores, y proporciona una herramienta de trazabilidad a los clientes para asegurar la sostenibilidad y la transparencia desde el bosque hasta las fábricas.
A día de hoy, la empresa colabora con más de 2000 pequeños propietarios. La empresa cuenta con una certificación de grupo de manejo forestal FSC con 500 unidades forestales y aspira a crecer. Para AGRIAC, FSC es una herramienta que ayuda a promover un manejo forestal responsable y unas condiciones de trabajo dignas para los pequeños propietarios.
«FSC ha trasladado ese foco de atención a ellos, porque FSC se está centrando en las plantaciones y en los pequeños propietarios. El sistema está obligando a la cadena de suministro a mirar hacia atrás y ha creado nuevas oportunidades para una empresa como la nuestra», explicó Maiprae Loyen.
¿Quiere saber más?
Obtenga más información sobre cómo trabaja FSC para marcar la diferencia para las personas de todo el mundo aquí: https://fsc.org/en/why-forests-matter/people.