Por Preferred by Nature
Mientras que el modelo tradicional de garantías está perdiendo terreno, los Servicios de los Ecosistemas y la Restauración de los Ecosistemas ofrecen sólidos argumentos para un enfoque más colaborativo y dinámico, y quizás un nuevo camino a seguir, escribe Preferred by Nature.
Copenhague, 5.10.22.
La guerra, la inflación, la ruptura de las cadenas de suministro y otros múltiples factores perturbadores pintan actualmente un panorama sombrío del futuro: Las anteriores medidas para frenar el cambio climático incluso se están revirtiendo, ya que los países están volviendo a sus antiguos hábitos fósiles.
Y aunque el crecimiento explosivo de las ecoetiquetas -unos 460 estándares se disputan actualmente la atención- puede reflejar una demanda saludable y una creciente concienciación de los consumidores, esta tendencia es sin duda también un indicio de una competencia feroz, que puede hacer bajar la calidad de algunos sistemas y alejar a los miembros de otros.
Hoy, quizás más que nunca, es necesario que el panorama de las garantías y sus actores sociales sean creativos, ágiles y que se adapten a un mundo que ha cambiado significativamente desde la aparición de la primera etiqueta FSC.
Las plataformas mundiales y las iniciativas de restauración, como el Desafío de Bonn, las Metas de Aichi, la Declaración de Nueva York sobre los Bosques y el Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración, ya están estableciendo objetivos que son esenciales si se quiere invertir la continua degradación de los ecosistemas.
La escala de la restauración necesaria es casi incomprensible: cientos de millones de hectáreas en todo el mundo, según las Naciones Unidas. Pero los beneficios de esta "inversión" serán numerosos, tanto para las empresas como para las personas, la naturaleza y el clima.
Por eso creemos en un enfoque dinámico, colaborando con otros sistemas y servicios, para optimizar el impacto de nuestro trabajo. Sólo uniendo fuerzas, intercambiando conocimientos y herramientas tendremos una oportunidad realista de marcar una diferencia real y revertir la devastadora degradación de nuestros ecosistemas que se está produciendo en la actualidad.
Nuestra visión es un mundo en el que, para la salud y el bienestar de toda la vida en la Tierra y de las generaciones futuras, hemos restaurado la relación entre los seres humanos y la naturaleza, aumentando la superficie de los ecosistemas sanos y poniendo fin a su pérdida, fragmentación y degradación.
Desgraciadamente, los objetivos y acuerdos de Bonn y París han sido más eficaces para generar esperanza y compromisos que para producir cambios y avances reales.
Todos tenemos que poner de nuestra parte para salvar esa brecha. Colaboremos.